Aprender a tatuar: discípulo de tatuador (2ª parte)

(Continuación del artículo Aprender a tatuar: discípulo de tatuador)

Ya dijimos que lo mejor -y más correcto- sería convertirse en discípulo de tatuador para así aprender todo desde el principio; tanto el arte de tatuar, como los gajes del oficio (que los hay) véase todo lo que hay detrás de regentar tu propio estudio de tatuajes. Y es que no solo es tatuar, también es hacer diseños de tatuajes, aprender a esterilizar con equipamiento médico, ser muy cuidados y tener una estricta limpieza, saber soldar nuestras propias agujas, y de las cosas más importantes: saber como atender a la gente, al fin y al cabo hay que saber “filtrar” a muchos clientes. No todo el mundo que entrar a un local de tatuajes es -digamos- “normal” o “apto” para tatuarse. Un día ya contaré historias interesantes, de risa – y hasta de miedo- que personalmente he vivido en este negocio.

Yoji Harada (aprendiz de Miami Ink) -supuestamente- por mirar al tatuador estas siendo aprendiz y  dejándote esclavizar (y no parar de limpiar el local)

Volviendo al tema del discípulo de tatuador. Ya hemos dicho que es difícil optar a serlo, a los tatuadores de hoy en día parece que les envuelve una especie de aura divina que los hace mejor que todos, ganan mucho dinero (también dedicaremos a este tema un artículo entero) y claro, los tipos no quieren compartir el secreto de “cómo ganar dinero” con nadie. A no ser que puedan sacar algún provecho contigo, y ahí es cuando viene la figura de la “broma” que gasté en el anterior artículo: que seas mujer y guapa (y en verdad no es tan broma). Si de casualidad encuentras un local de tatuajes donde el tatuador sea una persona decente qué, valore antes tu entusiasmo y nivel artístico antes que tus pechos, lánzate a por el “trabajo”. Y lo digo entre comillas, porque ser discípulo normalmente no esta remunerado,  no cobras un sueldo, “supuestamente” porque cobraras bastante una vez hayas aprendido. Claro… en teoría tiene “su lógica”, y ahí entra la moral de cada tatuador de si pagarnos o no. Nosotros, los aprendices, estaremos básicamente limpiando el local, haciendo recados, yendo al supermercado a por X (mirando como tatúan, sí) pero básicamente seremos esclavos de nuestro “admirado tatuador”. Muchos se aprovechan. Te enseñan a tatuar mientras te esclavizan -y encima no te pagan- con la escusa esa de lo que él hace por nosotros es impagable.

Esto no debería de ser así. Incluso cuando vas a hacer un día de prueba como camarero en un bar, te pagan ese día de prueba. Pero estamos en la industria de los tatuajes, donde no hay leyes, hay mucha gente inocente, y muchos aprovechados, sí; los tatuadores.

aprender tattoo

Lo que si es importante es dibujar. No parar.

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