Tres hojas de Ginkgo, dibujadas sobre el antebrazo de su dueño por la tatuadora afincada en Bélgica, Jen Zie.
Un árbol, único en su especie, al que también se conoce con el sobrenombre de “árbol de los 40 escudos”, por ser el precio que tuvo que desembolsar un francés para llevar este especie a su país.