Aunque los tatuadores son profesionales a los que parece que nada de lo que hagan sus clientes les afecta, la verdad es que hay algunas cosas con las que no se sienten demasiado cómodos. ¿Qué tipo pueden hacer que un tatuador no esté todo lo a gusto que debería? Ahora mismo te las descubrimos.
¿Qué puede molestar a un tatuador?
Posiblemente algunas de las cosas o situaciones a las que vamos a hacer referencia parezcan cosas que cualquier persona con un poco de sentido común no haría, pero nunca está demás ponerlas de manifiesto.
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Consumir drogas
Nadie en su sano juicio tomaría ningún tipo de sustancia antes de hacerse un tatuaje, pero algunas personas lo hacen porque piensan que así el dolor va a ser mucho menor o van a tener menos miedo a que las agujas vayan inyectando tinta en su piel.
¿Lo consiguen? Sí, pero también se arriesgan a que su tatuaje sea un auténtico desastre, ya que bajos los efectos de ese tipo de sustancias es más fácil que se muevan, comiencen a decir cosas sin sentido, se levanten sin que esté totalmente terminado o si se ha tomado alcohol, que la sangre fluya más fácilmente a la superficie.
Y no solo eso, sino que las drogas también pueden afectar al proceso de curación de tu tatuaje.
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Ir acompañado de todos tus amigos
Es natural que antes de realizarte ese tatuaje por el que tanto tiempo llevas esperando, tus nervios estén a flor de piel y que necesites tener a alguien al lado para que te de esa tranquilidad que requieres en ese momento. ¿Puedes llevarte a alguien para que te acompañe? Generalmente no, ya que en la mayoría de los estudios de tatuajes no hay un lugar para el acompañante, puesto que los tatuadores no desean que nadie les distraiga durante su trabajo.
Si tienes la suerte de que tu tatuador admite a alguien a tu lado, escoge bien a quien quieres llevar para que no resulte una experiencia molesta y por supuesto, no intentes convencerle de que permita que te acompañen todos tus amigos.
Queda de sobra decir que también: llevar niños a un estudio es una mala idea. No, no prometas que estarán tranquilos o que se portarán bien. Los estudios de tatuajes no son lugares para niños, respeta el espacio de trabajo de tu tatuador.
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No tener claro si quieres tatuarte
Nada hay más molesto que hacerle perder su valioso tiempo a un artista. Si no tienes claro que quieres tatuarte, anula la cita desde casa o acudiendo en persona al estudio, pero nunca lo hagas cuando ya esté todo dispuesto.
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Ser poco o nada aseado
Ya que tanto el estudio, como el instrumental que van a utilizar para tu tatuaje, están perfectamente limpios y esterilizados, no te presentes allí sin haberte duchado y aseado debidamente. Una higiene adecuada, ayudará que tu tatuaje quede mucho mejor y a que el tatuador no se sienta incómodo porque perciba algún olor corporal desagradable.
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Intentar rebajar el precio
Si el presupuesto que te han dado para hacerte tu tatuaje no te convence, no intentes bajar el precio como si estuvieras en comprándole algo a tu mejor amigo. Al igual que tú, los estudios también tienen que asumir una serie de gastos para seguir funcionando. Así que, si no te convence el precio, no conciertes una cita y busca otro estudio que se ajuste más a tu presupuesto.