Un corazón humano, que se abre como si se tratara de una fruta, para enseñar la delicada flor que ha introducido en su interior el tatuador brasileño Neto Lobo del estudio Osso Tattoo.
Flor, a la tan solo podemos contemplar a medias, ya que salvo la parte central, todo lo demás se encuentra oculto tras los pedazos del corazón.