Un diseño bastante ecléctico, en el que su dueño ha querido conjugar varias de sus pasiones en un solo tatuaje: el ocultismo y Halloween.
Ocultismo, que se encuentra por una de las figuras más clásicas de este campo: el gato negro, al que acompañan en esta ocasión, el pentagrama invertido dibujado en su frente y dos largos cuernos de tipología caprina.