Realizarse un tatuaje con Henna es mucho más sencillo que hacerse cualquier otro diseño con tinta. Con él no hay que preocuparse de ningún tipo de cuidado especial, ni gastarse dinero en eliminarlo, ya que generalmente en unas dos o tres semanas este habrá desaparecido por completo.
¿Qué es la Henna?
La Henna es un tipo de tinte natural, que se obtiene triturando las hojas secas de la henna. Este fino polvo, ha sido utilizado desde antiguo en lugares tan dispares como África, Asia, Oriente Medio y la India para teñir todo tipo de tejidos, a los que no solo les aporta belleza, sino que además hace que estos sean más duraderos y sean más resistentes al ataque de los insectos.
No es su único uso, ya que como todo el mundo sabe, la henna también es utilizada por las mujeres de la India como tinte para el cabello y como pigmento para realizar intrincados dibujos sobre la piel.
¿Puede causar algún problema la henna en la piel?
Si la henna es totalmente natural, no hay ningún peligro de que la piel reaccione de forma adversa a su aplicación. ¿Conoces a alguien que si ha tenido algún problema de este tipo con ella? Es porque esa henna contiene parafenilendiamina, un compuesto que suele utilizarse para que tenga un color mucho más oscuro, el cuál sí que puede provocar problemas en la piel como dermatitis de contacto permanente.
Es por eso, que si vas a hacerte algún tipo de diseño con este tipo de material, te asegures de que no haya sido adulterado con este compuesto y acudas a un lugar en el tengas la seguridad de que quien va a realizarte el dibujo tiene la experiencia suficiente.
¿Qué ventajas tiene hacerse un tatuaje de este tipo?
La ventaja fundamental que tiene frente a los tatuajes tradicionales, es que es totalmente indoloro. Sí, no hace falta ningún tipo de aguja para aplicarla sobre la piel, ya que para crear el diseño se introduce la henna en una pequeña manga (similar a las que se utilizan en repostería para decorar pasteles).
Tampoco hace falta ningún tipo de cuidado, ya que al estar sobre la piel no hay que cuidarlo con ninguna crema para evitar que pueda infectarse, ni taparlo para que no le dé el sol o el agua de la ducha.
Y lo mejor de todo, es que si te aburres de ese diseño no tienes que pasar por incómodas sesiones de láser, puesto que desaparece por regla general a los 15 días.