Hacer desaparecer esa fea cicatriz que te hiciste cuando eras pequeño o en aquel desafortunado accidente doméstico, es ahora mucho más fácil con un poco de tinta y la mano de un experto tatuador.
¿Se puede cubrir cualquier tipo de cicatriz?
No, ya que cada cicatriz y piel es un mundo completamente diferente. Antes de gastarte el dinero inútilmente, debes tener presente que tu cicatriz debe tener más de un año de antigüedad. ¿Por qué? Porque, tal y como pasa con las pequeñas heridas, con un tatuaje corres el riesgo de que la zona vuelva a estar fresca, aumentando enormemente el riesgo de sufrir una infección.
Si tu cicatriz cumple sobradamente con este plazo, te aconsejamos que visites varios estudios de tatuajes para que puedan examinar la zona que deseas cubrir y te digan si se puede tatuar sin problema. Muchas cicatrices, no son capaces de retener la tinta correctamente, lo cual dificulta enormemente la labor del tatuador.
¿Qué más hay que tener en cuenta para cubrir una cicatriz?
Si tu cicatriz cumple con los dos requisitos anteriores, los cuales deben ser los primeros que todo el mundo debería tener presentes, lo siguiente a lo que es necesario prestar atención es al tipo de marca que tenemos en nuestra piel.
Dependiendo del tamaño que tenga o su tipología, podremos elegir un tipo de diseño u otros. Una elección, que no es conveniente que hagamos a la ligera, ya que las cicatrices son zonas mucho más sensibles en las que el dolor es mucho más intenso que el que se puede llegar a sentir sobre la piel sana. Es por eso, nunca se debe elegir un diseño a la ligera, ni ponerse en las manos de un tatuador sin experiencia.
Dada la textura granulosa que las cicatrices dejan sobre la piel, es mejor no pedir un diseño que tenga una enorme cantidad de detalles, ya puede quedar desvirtuado por esa textura. Lo más acertado en estos casos, es un diseño del formato necesario para cubrir la cicatriz, con las líneas gruesas y el colorido indicado para disimular el daño que está reparando.