Una pareja de tatuajes, dibujados en la parte interior de los brazos de su dueña, en los que aparecen dos de los frutos más característicos del otoño: los rábanos y los nabos.
Frutos, que parece gustarle bastante a esta mujer, a los que ha dado un aspecto bastante apetitoso la tatuadora Kirsten Holliday del estudio norteamericano Wonderland Tattoo.