Por el artista francés Xoil.
Se trata de un paisaje urbano, los cables de corriente eléctrica zurcan el aire y una bandada de cuervos revolotean alrededor. La perspectiva con la que está hecho crea un gran efecto de profundidad (los primeros cuervos tienen un tamaño considerable respecto al resto). El cielo se ha creado con un efecto cual si se trata de un brochazo de pintura.