Un precioso pavo real macho, creado por la tatuadora Lucy O’Connell en la parte central de uno de los brazos de un hombre.
Pavo, que muestra orgulloso los brillantes colores de sus plumas recostado sobre unas flores, al que todavía no le ha salido el espectacular abanico con el que los machos adultos atraen a las hembras.