Un pulpo de enorme cabeza y larguísimos tentáculos, al que acompaña una bicicleta de montaña y un teléfono antiguo, del que solo vemos el auricular que tiene agarrado con uno de sus tentáculos.
Una actitud bastante rara para un animal marino, con la que quizás se esté intentando representar de una manera diferente, algunas de las cualidades de su dueño.