Multitud de personas a lo largo y ancho del mundo sienten un miedo irracional por los insectos. Un sentimiento, que puede estar causado por una variada cantidad de motivos, entre los que puede estar una conducta heredada de sus padres, el cual no les impide dibujarse sobre su piel la figura de una libélula. ¿Por qué? Porque el 80% de esas personas desconocen que las libélulas también se encuentran dentro de esa enorme familia que son los insectos.
¿Por qué nos tatuamos libélulas en nuestra piel?
Hay multitud de razones que nos pueden hacer elegir una libélula para decorar un espacio determinado de nuestra piel. Entre las comunes están: su capacidad para adaptarse a cualquier rincón de nuestro cuerpo, la posibilidad de elegir cualquier tamaño y que este quede estupendamente y sobre todo, porque es un diseño que da mucho juego a los tatuadores, pudiendo presentarse en diferentes colores o combinando su figura con otros elementos.
El significado de las libélulas
Tradicionalmente, las libélulas han estado asociadas a la libertad por su capacidad de viajar de un lado a otro utilizando sus fascinantes alas. Unas alas, las cuales se van transformando dependiendo del modo en el que los rayos del sol las acaricien, que se mueven con una elegancia totalmente hipnótica.
En la Antigüedad se consideraba a estos insectos como pequeños seres luminosos capaces de emanar luz. Algo que probablemente pensaran por cómo se van cambiando sus colores con los rayos solares. Una asociación, a la que también colaboraba que estos pequeños seres sean avistados con mayor frecuencia en los días soleados de la primavera y el verano, lo que ha hecho que también se asocien a la llegada de esta última estación, el sol y la felicidad.
Pero no son las únicas cosas que simbolizan, ya que también suelen unirse a la esperanza, a una señal de que las cosas van a ir mejor a partir de ese momento o incluso la próxima aparición de un hecho milagroso