Una de las preguntas que nos suelen hacer los tatuadores antes de comenzar el trabajo es si padecemos de cicatrices queloides. Se trata de una pregunta que en ocasiones toma por sorpresa a muchos y es que lo primero que uno se pregunta ¿Qué es? ¿Será riesgoso si lo tengo y no le digo? Y seguramente lo primero que hacemos es marcarle a nuestra mamá para preguntar si alguna vez tuvimos eso.
Bueno, la gente que tiene una cicatriz de estas ya sabe de lo que estoy hablando. Las cicatrices queloides, o en ocasiones llamadas solo “queloides” es un tipo de cicatrización en la cual existe una gran cantidad de colágeno. La cicatrización es un proceso completamente normal en el cuerpo, sin embargo, las personas que tienden a generar queloides pueden tener resultados desagradables al momento de hacerse un tatuaje.
Estas cicatrices se caracterizan por tener un color más claro o más obscuro que nuestra piel y una textura inusualmente lisa si se compara con el del resto de nuestra piel. El modo más fácil de saber si tenemos esto es recordando cómo ha sanado nuestra piel a distintos accidentes que hayamos tenido antes.
¿Si tengo queloides no me puedo tatuar?
Esta es una pregunta que no se puede responder tan fácilmente. Este tipo de cicatrizaciones se da con diversos grados de “intensidad”, por lo que si tu piel es muy susceptible, quizá no sea una buena idea hacerse un tatuaje.
Claro está, existen muchos tatuadores que sí realizan estos trabajos con muy buenos resultados, la clave está en lastimar lo menos posible la piel. Hay que tener mucho cuidado en este aspecto ya que existen tatuadores que aseguran “sí poder hacer este tipo de trabajos”, sin embargo, un tatuador serio sabe que los resultados pueden no ser los más deseables y optará por rechazar el trabajo.
Lo más seguro es asistir a un estudio platicar con el artista y saber si tiene o no experiencia realizando este tipo de trabajos, además, es importante que nosotros le informemos todos los detalles sobre “cómo reacciona nuestra piel” y que indiques en dónde quieres que se haga tu tatuaje.
¿Qué puede pasar si tengo queloides y me hago un tatuaje?
En el mejor de los casos tendrás un buen tatuador el cual haga todo con paciencia y mucho cuidado, pero de no ser así, el resultado podría ser desagradable. Pudiendo ir desde pequeñas bolitas de color más claro (u obscuro) que distorsionan la forma y el color del tatuaje; hasta grandes cicatrices con un muy mal aspecto.
¿Se puede cubrir un queloide con un tatuaje?
Y sólo para terminar, una pregunta clásica ¿Se puede cubrir cicatrices o queloides con tatuajes? La respuesta sencilla es sí.
En el caso de las cicatrices esto es realmente fácil, aunque es importante señalar que siempre quedará una ligera marca de la cicatriz que se ha intentado cubrir (o en ocasiones notable, si es una cicatriz grande). Esta textura se puede llegar a ver con el reflejo de la luz, y siempre la podremos sentir. Visualmente si puede cubrir una cicatriz normal.
Los queloides son una situación todavía más difícil, y es que existe un elevado riesgo de generar una cicatriz incluso más grande en el proceso de querer cubrirlo. Otro detalle es que estos tatuajes no pueden ser grandes o muy complejos, y que las partes donde esté el queloide tenderán a tener tonalidades de color distorsionadas. Por último te dejo una prueba de que si se pueden cubrir.