Un tatuaje realizado en el estudio húngaro Boglárka Tattoo en el que se mezclan dos de los motivos más conocidos de la cultura oriental: la hamsa, conocida más popularmente como la Mano de Fátima y un mándala coloreado en azul celeste.
Dos símbolos de protección y suerte, que ayudarán a su propietario a tener una vida próspera y feliz.